LA EXPLOTACIÓN COMUNAL DEL MONTE BERCIANO ,
por Javier Lago Mestre,
Colectivo cultural Fala Ceibe do Bierzo
falaceibe@yahoo.es
Cuando observamos nuestros montes e bosques pensamos en su abandono. No vemos en ellos una explotación agraria o forestal adecuada. Pero esta percepción actual es muy diferente a lo que aconteció en el pasado.
Pretendemos reconocer la peculiar explotación de nuestros montes a través de un recorrido toponímico. Del análisis de la terminología tradicional podremos percibir distintas formas de explotación agraria, ganadera y forestal en la región de El Bierzo.
En el municipio de Ponferrada existe el pueblo de Bouzas. Este topónimo hace referencia a la singular explotación comunal de los montes. Se trataba de elegir una parte del monte bravo, para rozarlo y luego quemarlo. Posteriormente se cultivaba cereal por todo el vecindario, de forma comunal o por división en lotes. También se podía quemar la maleza a la espera de mejores pastos primaverales para los ganados.
Una forma de explotación comunal de los montes se conoce con searas. Así existen A Seara en O Courel, la senara en La Baña, y Senra en Murias de Paredes. Distintas palabras asignadas a un mismo sistema de explotación comunal del monte que se asemeja a las comentadas bouzas. Otros términos relacionados son: queimada, rozada, cavadas, estivadas, etc. El reparto del conjunto del agra comunal se realizaba en quiñones o leiros entre los vecinos.
Otra palabra que encontramos en las altas sierras es morteira, en las tierras de Ancares, La Cabreira y también en Asturias. Hoy este término se relaciona con bosques viejos y bien conservados. En Asturias significa un terreno de pastoreo acotado, de propiedad y gestión comunal. También los montes se repartían en suertes entre los vecinos para la explotación de leñas, ramajes, hojas y maderas.
En las sierras y cordeles montañosos tenemos las brañas. Lugares donde los pueblos subían sus ganados en busca de los mejores pastos en los meses calurosos. También acontecía hace siglos que las diversas poblaciones arrendaban sus brañas a los rebaños de merinas trashumantes desde las lejanas Castilla y Extremadura. Estos arriendos suponían unos buenos ingresos económicos para nuestros concejos.
Recordamos que algunos pueblos se trasladaban de forma comunal para realizar una emigración estacional con sus ganados a pastos de verano. Es el caso de Aira da Pedra que era abandonado para subir hasta Campo de Agua, esto acontecía anualmente desde mayo a otoño.
En otros casos subían sólo los pastores con los ganados del pueblo a las brañas de la alzada. Los ganados de los pueblos formaban veceras, de ganados mayores (bueyes o caballos) o menores (cabras, cerdos u, ovejas). Estas veceras comunales estaban controladas por pastores contratados o por turno entre los propios vecinos.
Con el paso del tiempo los vaqueiros de la alzada podían asentarse de manera definitiva en poblaciones concretas. Así aconteció en la llamada quintería de montes formada por los lugares de Ferradillo, Montes y S. Adrián, pertenecientes al monasterio de S. Pedro de Montes.
O Bierzo, febreiro de 2017.
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