mércores, 8 de febreiro de 2017

BANDERAS Y PENDONES BERCIANOS.


PENDONES Y BANDERAS BERCIANAS,
Por Javier Lago Mestre.
Colectivo cultural Fala Ceibe do Bierzo,
falaceibe@yahoo.es

En muchas fiestas patronales de los pueblos de la región de El Bierzo podemos contemplar los pendones. Queremos analizar la presencia histórica de los pendones bercianos. Pretendemos revitalizar su uso en la actualidad como señal de identidad de nuestros pueblos.

En Ponferrada tenía lugar una peculiar celebración oficial con el uso de la bandera. Las proclamaciones de los reyes de España acontecían con un acto público en la plaza del Ayuntamiento. El regidor más veterano le daba el estandarte al alférez. Este tremolaba la bandera mientras decía: “Ponferrada, Ponferrada, Ponferrada y su provincia por Fernando VI, Viva, Viva, Viva”, los asistentes contestaban “Viva” y los soldados realizaban salvas de fusilería. Posteriormente entraban en la casa consistorial donde colocaban el estandarte en su balconada.


En las romerías también se hacía uso de los pendones. A  la ermita de Ntra. Sra. de Folibar acudían los vecinos de Los Barrios de Salas. De Diego Rodríguez Cubero tomamos este relato, “con alarde e instrucción de guerra, llevando para el regocijo de el cajas, banderas y otros instrumentos (…)” (1633). A esta romería también iban los de S. Esteban de Valdueza con su pendón.

En Bierzo periférico había grandes romerías con presencia de pendones concejiles. A la ermita de Fombasallá iban los de Soutelo, Cela, Paradaseca y Villafranca. Otro tanto acontecía con la romería de Ntra. Sra. del Rio y los pueblos de San Martín, Valle de Finolledo, Penoselo o Moreda. El santuario de Bembibre recibe, cada siete años, los pendones de todas las localidades del arciprestazgo del Boeza.   


Por lo que toca a la romería de la Virgen de Trascastro, en ella participaban todos los pueblos del valle de Fornela. Un texto de 1735 recoge que “a la que concurren todos los lugares de que se compone con sus procesiones adornadas con pendones e insignias correspondientes (…)” (Olivier Soto Abella, 2007).

Por supuesto las procesiones de las cofradías religiosas también contaban con sus estandartes y pendones. Son los casos de la cofradía de los Esclavos de Ntra. Sra. de la Encina de Ponferrada en Pascua. Otro tanto acontecía con los pendones de los gremios, de color azul para los sastres y blanco para los carpinteros de Ponferrada (siglo XVII).


Para celebrar el milagro del robo en las huertas del Sacramento, en Ponferrada, se organizó una gran procesión (1617). A ella acudieron también numerosos pueblos, “con 28 cruces que vinieron de las aldeas y lugares de este contorno y cuatro de esta villa; con una docena de pendones de damasco de esta villa y de fuera (…)” (Pilar Sáenz de Tejada, 1994). Así las localidades vecinas fueron representadas por sus pendones concejiles.

Las banderas también sirvieron para representar a las milicias bercianas en las diversas guerras. Así sucede en 1580 cuando el regimiento de Ponferrada ordena se “compre y manda hazer una bandera y tambor y se gasta en ello treinta ducados”. Por todo ello se insiste en que “pues esta villa tiene caxa e bandera y alférez para los soldados que ofrece, que no entre ningún capitán a hacer gente” (Fco. González González, 1982). Y para mantener el espíritu militar se formaron alardes locales no bélicos. Para ello el regimiento ponferradino entregaba, en 1693, la bandera al capitán de su compañía de milicias.

O Bierzo, febrero de 2017.

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