luns, 17 de abril de 2017

LA SEMANA SANTA DE PONFERRADA,



LA SEMANA SANTA PONFERRADINA,
por Javier Lago Mestre.

Un año más asistimos a la Semana Santa ponferradina. Más allá del fervor religioso las vacaciones se viven siguiendo esta tradición berciana. En los últimos años hemos visto ciertas novedades que parecen anunciar un renacimiento parecido al acontecido en la década de los cuarenta del siglo XX con nueva cofradía y la creación den nuevos pasos. 

Los cambios de la Semana Santa pueden ser positivos siempre que se adapten a la mentalidad social del siglo XXI en que estamos. En este sentido no nos parece bien el tema de pedir el indulto de un preso, como hacen cofradías de otras ciudades de España. Este tipo de negociaciones políticas para conseguir el privilegio para Ponferrada no se puede aceptar.


Tampoco vemos bien que los militares, portando armas y medallas de la cofradía, desfilen acompañando nuestros pasos. Si es tradición no nos parece acertado que se mantenga ese espíritu militar. Incluso el Gobierno central ha mandado colocar las banderas a media asta en los cuarteles por la muerte de Cristo, y algún ministro ha concedido medallas a ciertas Vírgenes. El ayuntamiento de Salamanca llena sus balcones con emblemas de las cofradías locales. Hay una obligación legal de separar lo religioso de lo público en nuestro Estado aconfesional. 

Las innovaciones en la Semana Santa han provocado ciertos problemas. Nos referimos a esos intentos por incorporar características de las exitosas procesiones andaluzas. Los pasos de las Vírgenes se llenan de velas y flores cuando no se portan bajo palio. Todo un exceso de pompa y boato, muy alejado de nuestra tradición austera. Por eso no podemos aceptar andaluzar la Semana Santa berciana.


Este año, por fin, hemos visto una procesión ponferradina con el acompañamiento musical de las gaitas. Parece lamentable esta negación durante décadas de nuestro instrumento tradicional. En este sentido, traemos una referencia periodística, del año 1950, que se refería a “aquellas procesiones que ameniza la gaita del gaitero que solemne ante el Santo su faz humilde inclina (…)” (revista Promesa). 

La música es fundamental en la Semana Santa. Ahí están las matracas y carracas, las bandas de cornetas y tambores, municipales o militares. Pero ya es hora de que se incorporen también, con la regularidad debida, los grupos de música tradicional berciana. Por cierto, echamos en falta en los programas de la Semana Santa información sobre los diversos grupos de música que acompañan los pasos procesionales. 


Los turistas que nos visitan en estas fechas no desean ver una Semana Santa como la andaluza, pretenden ver algo distinto, que les conmueva y les asombre por su novedad. Por supuesto, la mayoría de los visitantes ocasionales vienen atraídos por el complejo minero de Las Médulas, el conjunto artístico de Villafranca del Bierzo o el castillo de Ponferrada. Pero nuestra Semana Santa puede ser un buen complemento turístico.

La Semana Santa berciana debe aportar también nuestra rica gastronomía. A ello pueden ayudar los concursos gastronómicos de tapas y limonadas o las jornadas del pulpo. Queda claro que los turistas no vienen a la región de El Bierzo atraídos sólo por el fervor religioso. Quieren aprovechar bien su tiempo de ocio con paisaje, arte o gastronomía. Procuremos que queden plenos de sensaciones agradables.

O Bierzo, abril de 2017.

Ningún comentario:

Publicar un comentario